Su facilidad para los estudios, así como su manejo de armas de fuego y 'del pincho' lo hacen idóneo para el papel.
Barrio del extrarradio de Barcelona, lejos de Las Rozas.Todo vuelve, las modas y los géneros cinematográficos en desuso siempre se revitalizan pasadas un par de generaciones. Y esta norma no ha sido una excepción para el cine quinqui. Cine de atracos, coches robados y trepidantes aventuras de delincuentes juveniles. Y ahí, es donde los duques de Lugo han visto un futuro para su querido retoñoFelipe Juan Froilán de Todos los Santos.
Que el niño no es un ángel lo sabemos desde las inocentes pataditas durante las bodas televisadas, así como sus incidentes con la prensa, disparos desafortunados o su destreza con 'el pincho' (de la cual pueden testificar, si no están demasiado acojonados, sus primitos Urdangarines). Todos estos fantásticos atributos quizás convertirían al grande de España en carne de correccional, pero antes que eso, ¿por qué no convertirse en estrella del cine?
Ni cortos ni perezosos, los padres del chaval están haciendo todos los esfuerzos para que consiga el papel del futuro remake del famoso film. Sesiones intensivas de argot carcelario con un profesor particular, CD's de Los Amaya en el coche y horas de pose chulesca ante el espejo. "Si esos de Mónaco le dan al circo, por qué mi niño no puede ser actor de cine" - comenta la Infanta orgullosa.
Por parte del director de la película no existe ningún tipo de problema: "Voy a ser imparcial al 100% durante el casting. Pero no creo que el chaval tenga ningún tipo de problema para adaptarse al papel. Si lo miras fríamente ¿qué tenemos? Un niño de padre con aficiones más que cuestionables, unhogar desequilibrado, internado en centros durante años...¡perfecto para el papel!"
Aun así, no todo son simpatías. Desde la Casa Real, se observan los pinitos de Froilán en el cine con cierta prudencia. La postura oficial es la de aceptar todo aquello que quiera hacer el hijo de la Infanta. Pero, por otro lado existe el temor a que se convierta en una estrella mediática eclipsando la barbaza hipster que lleva el Príncipe de Asturias. Ante las preguntas de la prensa, la princesa Letizia ha torcido un poco más su ya habitual rictus de ascopara comentar: "Mientras no se acerque a mis hijas, ese pobre diablo que haga lo que quiera".
Finalmente, el pueblo llano se encuentra dividido: a los republicanos no les desagradaría ver, aunque sea en el cine, a un Borbón detenido por la policía. Mientras, los monárquicos miran con temor a esa parte de la familia, rezando para que no les pase nada a Felipe y Letizia. No vaya a ser que terminemos con Elena de reina, Marichalar de rey consorte-separado y Froilán de principito quinqui.