"Me dispongo a relatar un sueño que supuso un curioso descubrimiento.
Una noche en lugar de la voz que solía escuchar en la oscuridad, se alzó otra voz,
temible y tierna, que decía:
-Tu madre te advirtió que desconfiaras del asesino.
En ese mismo instante, la habitación que se hallaba a mi alrededor se iluminó de
improviso y vi a Carmilla de pie, junto a mi cama, su camisón de noche empapado en
sangre.
Joseph Sheridan Le Fanu - Carmilla (1872).
En pleno siglo de las luces, el gran filósofo Voltaire no podía explicar la razón
por la cual aún se creía en vampiros, y al encontrarnos en los albores del siglo XXI
nosotros podríamos pensar que las palabras del filósofo siguen teniendo validez. Si
ya tenemos entendido que el vampiro es un personaje ficticio, alimentado por la
literatura y la industria cinematográfica, tampoco es raro ver que se siga
investigando el tema de una forma seria, apareciendo nuevos estudios y
publicaciones. Internet ha podido acercar a los amantes de estos seres nocturnos
ubicados en diferentes partes del mundo y nosotros somos una parte de ello.
Culto a la Sangre y Vida Eterna
¿Porqué nos resulta interesante el tema?, será simplemente por ser un muerto
viviente que se dedica a alimentarse succionando la sangre de otros mortales
(primero en el seno familiar y después a quién se le cruce por delante), o porque
unifica dos elementos que siempre han despertado el misterio y el simbolismo en el
hombre: El culto a la sangre y la inmortalidad.
Desde tiempos distantes el hombre ha tenido por sagrados 3 fluidos humanos: La Leche
Materna, el Semen y la Sangre. La Sangre como energía vital, debió considerarse como
sacra desde que el primer hombre pisó la tierra, en esos lejanos tiempos se
comprobaba que ocurría cuando se perdía gran cantidad de ella y debió asociar el
dolor con la perdida de la misma. Para diversas religiones y creencias este fluido
tenia un carácter especial, citando como ejemplo la misma sangre de Jesucristo
dadora de vida eterna; el concepto de Sangre azul ligado a la nobleza; la pureza de
a sangre de Judíos y los miles de ritos paganos en donde se bebía este preciado
líquido por diversas razones. En América algunos pueblos comían la carne y bebían su
sangre de sus enemigos o parientes, con el fin de poseer y adquirir las cualidades
que tenía el difunto en vida.
La eternidad, ser inmortal ha sido hasta hoy uno de los mayores anhelos y misterios
del ser humano, encontrar la fuente de la eterna juventud, retardar el
envejecimiento, quien no ha pensado y soñado en ello. Este sueño de lograr la
inmortalidad va ligado con el miedo a la muerte, no porque pudiera ser algo
doloroso, sino más que nada por ese temor a lo desconocido y a la disgregación. Como
ejemplo sólo debemos recordar a la cultura egipcia con su afán de trascender en el
tiempo, su creación de momias y técnicas funerarias han intentado salvar este
misterio.
Lamias y Strigoi
Desde la antigüedad hemos encontrado al vampiro formando parte del panteón
demoníaco, en culturas como la China, Malasia, España, la India, el Japón, América,
entre otros lugares, pero es exactamente en los pueblos eslavos en el este europeo
donde adquiere su nombre y gran parte de su imagen característica.
En pleno siglo de la razón pueblos como Silesia, Moldavia, Rusia, Transilvania,
Valaquía, Austria, Hungría, sufrieron epidemias de vampirismo, apoyados por la
ignorancia, el folklore y las leyendas populares que seguían formando parte de las
conversaciones familiares. Hay que darle especial importancia también a la cantidad
de enfermedades y pestes que asolaron esos años (porfirias y demases). Ya no eran
las "Lamias" de la cultura Greco-latina sino que esta vez los "Strigoi" asolaban las
aldeas, saciando su hambre con sangre fresca.
Sobre el término "Vampiro" podríamos decir que ha sido objeto de múltiples estudios,
siendo el más cercano el que lo relaciona con las palabras " Vopyr " o " Upyr " (*)
, perteneciente a la lengua eslava. Sobre que región eslava vendría exactamente el
término sería un tema para un debate mayor ya que estas lenguas se dividen en
occidentales, meridionales y orientales, en donde el término " upir ", " upior ", "
upyr " deriva según el eslavo meridional del turco " ubre " que significaría
"Bruja".
Otra versión más occidental nos lleva a la palabra serbia "beamiup" o al lituano
"wempti" que significaría algo como "beber" derivando a la palabra "vampiro",
asociándose a términos como el "vopyr" ruso o el "dhampir" albanés. Autores
americanos e ingleses se limitan a extraerlo de la palabra serbia "vampir", siendo
esta una de las posiciones que más aparecen en libros del tema.
El origen, imagen y personalidad es muy variada según la zona geográfica, por lo
general se les reconoce como seres similares a los humanos que fueron nacidos con
algún defecto físico, fueron excomulgados, tuvieron una muerte violenta o se
suicidaron. Su aspecto se caracteriza como personas lánguidas y de piel
extremadamente blanca, fría, mal aliento, uñas larguísimas así también sus colmillos
filosos y puntiagudos. Para deshacerse de ellos se empleaban técnicas de las más
variadas, las cuales se diferenciaban un poco según la región:
Clavarles el sudario
en el ataúd, dejar semillas en el mismo o tapar la mandíbula con un ladrillo o
piedra eran algunas, también podían ser eliminados con el fuego, cortándoles la
cabeza o atravesando su corazón (inyectado en sangre) con una estaca de madera (y no
cualquiera). También se habla de las balas de plata, aunque esto esta mas ligado con
el mito del hombre lobo que vendría siendo un pariente cercano.
Tratados y Literatura Fantástica
En medio de una Europa consternada por el vampirismo que fue incluso ratificada por
la misma iglesia católica, el siguiente paso del mito era la literatura, y en este
sentido dieron a luz una serie de interesantes tratados sobre el tema. Entre estos
textos destacamosmos el "Visum et Repertum"(1731), que era una investigación sobre un
caso conocido de vampirismo que afectaba a una persona llamada Arnold Paole, este
era un campesino que al tiempo de muerto fue acusado de vampirismo. También podemos
citar el tratado "De Masticatione Mortuorum in Tumulis Liber" publicado en Leipzig
en el año 1728 por Michael Ranft y el "Dissertatio Physica de Cadaveribus
Sanguisugis\" de Johann Stock (1732). Pero el más conocido es el "Traité sur les
apparitons des esprits, et sur les Vampires, ou les revenants de Hongrie, de
Moravie, etc.", escrito por el clérigo don Agustín Calmet (1672-1757) (**) . Este
monje benedictino en una obra curiosa y de 2 tomos presenta una variedad de casos de
vampirism y apariciones. Este mismo texto hace que Voltaire se indigne y dedique un
capítulo entero en su "Diccionario Filosófico", mientras Rosseau fustiga la creencia
en vampiros enviando una carta a París.
Su llegada a la literatura fantástica es el resultado de una rica mezcla de todos
estos ingredientes ya citados y el talento de sus exponentes. Sin el aporte de
Calmet, las leyendas populares, los ritos y supersticiones no podría haber sido
concebidas obras tales como: "Drácula", "Carmilla", "Varney", "Lestat",
"Clarimonda","La novia de Corinto", "La Tumba de Sarah", "Ligeia" o "El Vampiro" de
Jhon William Polidori, este último cuento marca el punto de partida de la literatura
(narrativa) propiamente de vampiros y viene a ser el padre del Vampiro aristocrático
tal como lo tenemos conceptualizado en nuestra mente.
La aparición del Vampiro en otras manifestaciones artísticas como el teatro, el
comic, el cine pasando por las llamadas "Tribus" urbanas , entre otras fueron
modificando y adaptando la imagen del vampiro según la interpretación de sus
autores, independiente si se ajustaban a la idea original. Después de miles de años
de "no-vivir" el vampiro sigue haciendo de las suyas, y al parecer tiene cuerda y
sed para rato.