La posición que adoptemos a la hora de conducir en la moto es la cuestión más básica, dado que nos proporcionará mayor comodidad y seguridad, permitiéndonos tener reacciones más rápidas ante cualquier eventualidad, y por lo tanto, es por la que voy a iniciar con ésta serie de artículos sobre técnicas de conducción.
En la fotografía de la izquierda podemos ver como el motorista circula con una postura correcta sobre la motocicleta, el cuerpo debe estar relajado, las piernas cómodas, sin abrazar con exceso a la motocicleta, los brazos semiflexionados, las manos en sus respectivos manillares y pies en sus estriberas desde el lugar que puedan llegar a accionar bien el pedal de freno o de las marchas.
Tanto los pies como las manos deben estar siempre listos para poder reaccionar rápidamente y por supuesto la mirada fija en la carretera, de lo contrario no servirá de nada ir preparado.
En la siguiente fotografía se puede apreciar una postura incorrecta, con las piernas mal colocadas, los pies fuera de su ubicación correcta, la cintura muy forzada y los brazos muy estirados.
De éste modo se dificulta tener buena maniobrabilidad y una rápida reacción, además de que incurres en una infracción de tráfico, en concreto al Reglamento General de Circulaciónen su artículo 3, con la que tendrás una sanción económica que puede oscilar entre los 150 euros o los 450 y retirada de 3 puntos de una conducción temeraria.
El cuerpo: Para saber cuando tienes una buena posición hay una regla de oro y se obtiene cuando nuestro cuerpo tiene una posición natural y relajada. Para determinar esto, con la moto apoyada sobre el caballete, debemos sentarnos en el asiento de manera natural y con los brazos caídos y relajados. A partir de ahí, subiremos y extenderemos los brazos hasta alcanzar el manillar con las manos. Los pies deben estar colocados sobre los estribos, apoyados en la zona media de la planta.
Si tu moto no tiene caballete lo puedes practicar circulando a baja velocidad y en un sitio despejado. De esta manera nuestro propio cuerpo nos llevará a adoptar la posición correcta. Cualquier posición forzada y “antinatural”, como por ejemplo sentarse sobre el asiento del pasajero, es peligrosa porque retardará los tiempos de respuesta de nuestro cuerpo y sentiremos el cansancio más pronto. Por estas mismas razones es contraproducente viajar tres personas en una moto, dado que es un vehículo diseñado para dos, porque esta tercera persona, aunque sea un niño, obligará al conductor a forzar la posición del cuerpo.
Con las manos sobre el manillar, en una posición que sea cómoda, debemos estirar los dedos y ajustar las palancas de forma que queden justo debajo de la zona media de las falanges de los dedos, así será más fácil accionarlas y mucho más cómodo.
Manos y brazos: Partiendo de la correcta posición del cuerpo sobre la motocicleta explicada anteriormente, debemos hacer la presión suficiente sobre los puños del manillar para mantener con firmeza la dirección, así ante cualquier bache o piedra no perdamos el control, pero al mismo tiempo manteniendo los brazos y las manos relajados para retrasar el cansancio.
Para lograr esto colocamos las palmas de las manos sobre los puños dejando que se acoplen de manera natural a la inclinación del manillar. A partir de ahí estiramos los dedos de las manos. Lo ideal es que en este punto los dedos caigan sobre las palancas de freno y embrague, por lo tanto será esta posición la que nos determine la altura a la que debemos ubicar las palancas. Además deben tener la distancia correcta a los puños para que nos permita accionar estos mandos de manera natural. Es una buena costumbre dejar permanentemente los dedos índice y corazón sobre la palanca de freno, así nos permitirá accionar el mando con más rapidez y no perder décimas de segundo vitales mientras los dedos se desplazan hasta la palanca en una emergencia, de éste modo evitaremos frenadas bruscas con bloqueos de la rueda delantera. Con el resto de los dedos haremos la presión sobre el manillar para mantenerlo firme mientras conducimos y así realizarlo con mayor seguridad. En el caso de la mano izquierda, que nos hará accionar el embrague, no es necesaria tanta premura por lo que es conveniente llevar todos los dedos agarrando el manillar y agarrar la palanca de embrague con firmeza a la hora de utilizarlo para evitar cabeceos en la dirección.
En la fotografía se muestra la posición de la que hablo, con la mano bien apoyada en el manillar y los dedos listos para accionar el freno, así la reacción en una emergencia es más rápida y controlada.
Posiciones “antinaturales” como llevar los codos metidos hacia adentro o ir con los brazos completamente estirados tan solo nos harán cansarnos más y perder capacidad de reacción.
Los pies: La posición correcta de los pies es aquella en la que teniéndolos sobre las estriberas y apoyándonos con la parte media de la planta nos permitan accionar la palanca de cambio y el freno trasero sin necesidad de levantar el pie y desplazarlo.
Poner la punta de los pies sobre las estriberas, apoyarlos en los talones con el resto del pie colgando o hacer los cambios con la parte trasera del pie para no marcar los zapatos solo hará que nos cansemos más y tardemos más en hacer los cambios o frenar, con los peligros que esto puede acarrear.
No se debe permitir que nuestro acompañante apoye los pies sobre nuestras estriberas, dado que nos dejará poco espacio y no tendremos el acceso adecuado a los pedales para poderlos utilizar correctamente. Por todo ello la posición adecuada del pie sobre la palanca de cambios, es aquella que nos permita accionarla, tanto hacia arriba como hacia abajo, sin sacar el pie del estribo y solo necesitando moverlo en sentido lateral, para poder utilizar el empeine al accionar la palanca hacia arriba, o la planta en el caso de hacerlo hacia abajo. De igual manera sucede con la palanca del freno trasero que debe estar a la altura correcta que nos permita accionarlo sin desplazar el pie y que nos quede justo debajo, pero sin llevar el pie sobre el pedal de modo que siempre se vaya ejerciendo algo de presión, esto solo calentará el freno trasero y gastará las pastillas o discos.
En la siguiente fotografía observamos el pie apoyado correctamente en el estribo de una moto custom y en otro tipo de motocicleta a la derecha, donde se aprecia el pie justo sobre la palanca de cambio, de éste modo el movimiento para poder accionarla es mínimo. Del mismo modo pasaría con la palanca del freno en ambos modelos de motocicletas.
En la siguiente secuencia se puede observar el movimiento correcto realizado para mover la palanca de cambio en una motocicleta dotada con doble palanca:
En la primera fotografía de la secuencia se puede apreciar la doble palanca. En la segunda fotografía se aprecia la puntera bajo la parte delantera de la palanca, movimiento requerido para subir marchas, misma situación que en la fotografía tres donde el tacón aparece pisando la palanca en su parte posterior, ese movimiento al igual es para subir marchas. En la cuarta fotografía el pie está introduciendo la primera marcha, siendo el mismo movimiento para reducir marchas una vez engranadas marchas superiores.
En éstas tres fotografías podemos apreciar el cambio en una motocicleta dotada con palanca simple o normal. En la primera está pisando con la puntera para introducir la primera marcha, o posteriormente se acciona hacia abajo para bajar marchas una vez introducidas, dado que la primera es para abajo y las restantes son para arriba. En la segunda está haciendo el juego para pasar a la otra modalidad y en la tercera tiene el pie preparado para subir a segunda marcha o sucesivas. También se utiliza para para llegar a punto neutro desde la primera marcha.
En ésta modalidad de pedal de embrague lo ideal una vez que ya se va circulando es llevar el pie en la posición de la primera fotografía, de éste modo irá preparado para reducir ante cualquier eventualidad.
El truco está en ajustar las palancas a la medida personal de cada uno. Hay que tener en cuenta que no todo el mundo tiene el mismo tamaño de mano o de pie, por lo que es muy importante regular su situación y dureza. Así conseguiremos un tacto con el que nos sintamos cómodos y nos permita frenar o accionar el embrague y cambiar de marcha eficazmente.
En conclusión una correcta posición sobre la moto y sobre sus mandos hará que circulemos de manera más cómoda y relajada lo que nos permitirá reducir el cansancio y tener mayor capacidad de reacción ante cualquier eventualidad que se nos pueda surgir.