No todos los motores son iguales, intenta conocer tu motor y podrás sacarle un mejor rendimiento.
El motor es la base de nuestra motocicleta y conforme a él estará estructurado el chasis, horquilla, transmisión, marchas… Pero el propio motor está diseñado para trabajar cómodo a una determinada banda de revoluciones por minuto, que van desde el régimen mínimo, por lo general 1.000 rpm, hasta el máximo que puede oscilar entre las 6.000rpm y las 15.000rpm, dependiendo del tipo de motocicletadesde las de trial (La razón es que los motores se diseñan para que den altos valores de par a pocas revoluciones y no se busca potencia en alta) hasta las deportivas.
Además no siempre nos vamos a encontrar con un mismo tipo de conducción, por lo que en ocasiones rodaremos más suave y en ocasiones necesitaremos hasta el espíritu de nuestro motor, por lo que le exigiremos más. Por ello, lo ideal es conocer nuestro motor y sus limitaciones para aprovechar de la mejor manera posible el potencial, así además de disfrutar nosotros de la carretera también lo hará nuestra moto.
Aspectos que te ayudarán a disfrutar del motor:
Un buen mantenimiento:
Para comenzar lo primero que debes observar es ¿en qué condiciones se encuentra la motocicleta?
En caso de ser nueva desde el primer día lo mejor es hacer caso del manual de la moto con arreglo a revisiones periódicas de mantenimiento que recomienda el fabricante. De ese modo previenes muchas pequeñas averías por desgaste.
Si te has hecho con una moto de segunda mano y no conoces al dueño, lo mejor es pedir un libro de revisiones y en todo caso llevarla a nuestro mecánico de confianza para ver su estado general.
Es difícil aprovechar de la mejor manera un motor que no tiene un adecuado mantenimiento, dado que no funciona al 100 por 100.
Aprovechar Torque y Potencia:
Cada modelo de motor tiene su gráfico de potencia, te sugiero que busques el gráfico de potencia de la tuya y así conocerla mejor. Aunque debes tener en cuenta si tiene algún componente cambiado del original, en el caso por ejemplo de cambiar un tubo de escape variará su forma de entrega de potencia levemente, pero si cambias la centralita puede llegar a parecer muy diferente.
Si tenemos una moto con untorque alto y que lo entrega a bajas rpm será un motor con el cual se puede rodar a ritmo tranquilo, con suavidad, buena aceleración al arrancar y que no nos pedirá muchos cambios de marchas.
Por el contrario si tenemos un motor que entrega el torque y la potencia máximas a un régimen relativamente alto, el caso de las deportivas, tendremos una buena reserva de potencia a altas revoluciones, con una estirada muy buena.
Se puede distinguir entre varios tipos de motores, por un lado los que sabes que no se le puede pedir mucho y te llevará con una conducción suave, suelen ser motores de baja cilindrada y se circula con unas revoluciones que en ocasiones rondan el par máximo en torno a las 4.000 rpm. En motocicletas en torno a los 500 cc y en adelante, salvo muchos casos específicos, ya se puede pedir algo más. En ellas podemos encontrar varias zonas dependiendo de lo que queramos obtener, pudiendo circular en torno a las 3.000 rpm de modo tranquilo o situarnos en torno a las 6.000 rpm, donde la moto se mostrará mucho más animada, éste caso suele venir mejor para zonas viradas. Además en motocicletas deportivas habrá un tercer nivel por encima de las 9.000 rpm, donde la moto nos mostrará de lo que es capaz.
La clave está en aprender a conocer el motor y “sentirlo” para determinar cuando está funcionando bien, ni demasiado forzado, ni demasiado agotado porque ambos extremos son perjudiciales para su salud mecánica, y en ellos se gasta más combustible y se generan más residuos de carbón en el interior de la cámara de combustión.
Tres claves; acelerador, embrague y cambios:
Para sacar partido al motor disponemos del acelerador, el embrague y los cambios, si los utilizamos con suavidad y progresividad será más fácil aprovechar su potencial, en caso contrario a la larga podemos tener problemas mecánicos.
El acelerador no lo debemos accionar de golpe, sino de manera progresiva a medida que el motor vaya respondiendo, el embrague debe realizar todo el recorrido antes de meter el cambio y la palanca de cambios debemos tratarla con suavidad sin hacer movimientos bruscos. Esto no quiere decir que los movimientos tengan que ser lentos, pueden ser tan rápidos como queramos y conservar estos principios, obviamente que entre más rápido los hagamos la coordinación será más exigente para garantizar un funcionamiento suave y homogéneo.
Otros consejos:
Algunos conductores deciden circular a bajas revoluciones del motor para conseguir menores consumos y el consiguiente ahorro en combustible.
Ahora bien, se trata de buscar un equilibrio entre revoluciones y marchas, dentro de la suavidad de conducción. No es recomendable rodar con la mecánica extremadamente a bajo régimen o casi hasta el punto de ‘calar’ la moto y ocasiona esfuerzos desiguales en el conjunto pistón, biela, cigüeñal. En esos casos, sí que se puede registrar un cierto aumento de consumo porque obliga al motor a realizar un sobreesfuerzo a la hora de recuperar revoluciones al exprimir a fondo el acelerador.
Ten en cuenta que la mayoría de las motos funcionan a altas revoluciones, pudiendo tener una operación crítica a la hora de reducir de marcha, porque puede representar una sobrecarga puntual para el motor, la caja y la transmisión. Para evitarla, sobre todo si has reducido varias marchas a la vez, antes de soltar el embrague da un golpe de acelerador para subir un poco las revoluciones y de esta manera lograr un acople más suave.
Si tu motor se encuentra en buenas condiciones no tengas miedo a subir las rpm del motor, pero todo tiene un límite y si estás de viaje a ritmo constante (acelerador en una misma posición) no debes sobrepasar el 70% u 80% de las rpm donde comienza la zona roja. Ten en cuenta que a esas revoluciones ya irás de seguro por encima del límite de velocidad establecido, por lo que ten cuidado.
El mejor consejo, cuando ruedes con tu moto escúchala y ella te dirá cuando está contenta.