Está prevista la demolición de los edificios de viviendas de Arroka 4 y 6 antes de Semana Santa. La culminación de la urbanización de la nueva plaza Arroka depende de la desaparición de estos edificios residenciales.
San Sebastián. La operación urbanística de San Bartolomé dará nuevos pasos visibles el próximo mes con el derribo del antiguo cuartel policial de Aldapeta y los bloques de viviendas de la calle Arroka 4 y 6. Estas últimas demoliciones serán clave para ultimar la urbanización de la plaza Arroka y constituirán la primera piedra para trazar el futuro vial que subirá desde la calle Larramendi hacia Aiete.
La promotora San Bartolomé Muinoa trata de encajar todas las piezas del puzzle para avanzar en el desarrollo de una obra complicada, condicionada por numerosos factores como la culminación de acuerdos con las familias a realojar y los traslados a nuevas sedes de instituciones como el Cuerpo Nacional de Policía. La operación de San Bartolomé prevé la construcción de 534 nuevas viviendas en Amara Viejo, de las que 174 serán destinadas a realojar a las familias a las que se derriba su vivienda. Es un proyecto, con un elevado componente de transformación urbanística del barrio, que requerirá de 8 a 10 años para su conclusión.
Las primeras 135 viviendas construidas alrededor de la futura plaza Arroka comenzaron a ser ocupadas, fundamentalmente por familias de realojo, a finales de noviembre pasado.
Excavación arqueológica
El traslado el pasado mes de la Policía Nacional al nuevo edificio junto al Urumea da vía libre para la demolición del antiguo cuartel de Aldapeta. Estas obras se acaban de licitar y se prevé su adjudicación a finales de marzo. «Nuestra previsión es realizar el derribo hacia finales de abril», explicó el gerente de San Bartolomé Muinoa, Martín Arregui. Posteriormente, se deberá realizar «una excavación controlada» en la antigua zona de aparcamiento del cuartel al ser una zona de presunción arqueológica vinculada a los restos de un convento-iglesia del siglo XVIII que se hallaron bajo la parcela de Villa San Antonio. En la zona de aparcamiento de la Policía se esperan hallar restos del claustro de aquel convento. Tras esta operación se demolerán 14 viviendas situadas junto a la antigua sede policial. En este ámbito de la zona alta de San Bartolomé se prevén edificar 65 nuevas viviendas.
Pero las novedades llegarán, y pronto, a la zona baja del barrio. La urbanización de la plaza Arroka está en su fase final dado que se espera finalizar los trabajos para Semana Santa. Será un espacio de estancia y disfrute del nuevo barrio que dispondrá de una zona de juegos infantiles, arbolado y zonas verdes. Su apertura no será total porque necesita la demolición de los bloques de viviendas 4 y 6 de la calle Arroka para su completa urbanización. San Bartolomé Muinoa trabaja para que estos derribos puedan llevarse a cabo dentro de un mes. Será una pieza más del puzzle para abrir camino al nuevo vial –calle Estella/Lizarra– que subirá hacia Aiete desde la calle Larramendi y estructurará el urbanismo del nuevo barrio. Tras Arroka 4 y 6, los siguientes derribos se producirán a finales de año. Será el turno de Easo 22 y plaza Easo 1 y 2.