Platillos volantes sobrevuelan el monte Xiabre .
Nave espacial sobre Xiabre |
No hay mayor maquinaria de propaganda y dominación cultural que el cine. Acostumbrados a consumir todo tipo de historias con las ciudades norteamericanas como telón de fondo, a poco que uno se fije acaba reconociendo en la pantalla mil y un rincones de Nueva York, Chicago, Boston o Los Ángeles aunque en su vida haya puesto un pie en ellos. Todo sucede en Estados Unidos porque para el celuloide, al fin y al cabo, Estados Unidos es el mundo entero. No hay asteroide que no se precipite sobre la Tierra al son de Barras y Estrellas ni extraterrestres que, con lo grande que parece el planeta, no acaben dando con sus huesos en el Medio Oeste. Con suerte, en California. Para los demás, para el resto del orbe, quedan las narraciones sesudas, a menudo aburridas de tan profundas, las revisiones de períodos históricos determinados, el arte y el ensayo. O no tanto. Hace tiempo que en España, por ejemplo, el género de terror prende en edificios góticos de Barcelona, en grandes mansiones cántabras o en la animación hecha desde Galicia. Las películas de carretera levantan polvo en Álava y Castilla. También aquí, en el corazón de la ría de Arousa, hay gente que se esfuerza por demostrar que se pueden contar historias entretenidas e inesperadas.
La invasión se desatará en diciembre
Son un equipo, se llaman Vídeos Creativos, y prefieren presentarse así, en común, obviando las individualidades. Son gente joven que procede del mundo de la publicidad y los documentales, una de las pocas empresas gallegas que trabajan con el sistema de 3 D y animación VFX. En su web (www.videoscreativos.es) pueden contemplarse algunas de sus creaciones, ver caminar a un grupo de dinosaurios por las calles de Vilagarcía o apreciar el tráiler del cortometraje que, si todo prosigue al ritmo adecuado, estará listo para su lanzamiento en diciembre. Su título, Vilamarcianos.
Platillos volantes sobrevuelan Xiabre
El trabajo, que también puede contemplarse en Youtube -basta con teclear el título-, ofrece imágene bien resueltas sobre escenas impensables: platillos volantes sobrevolando la cumbre del Xiabre, naves espaciales que extienden sus sombras sobre la calle Rey Daviña, el auditorio tomado por un grupo de comandos. Los extraterrestres, explican los creadores del corto, «quieren invadir Galicia, les interesa la materia prima, les interesa este lugar». Esto no es La Guerra de los Mundos, así que no son bacterias ni virus los que acaban con las hordas alienígenas, pero en Vilamarcianos tampoco faltan ni un final con sorpresa ni ese tipo de héroes por los que nadie hubiese dado un duro, capaces de resolver una crisis interplanetaria. Protección Civil, la Policía Local, la concejalía de Cultura y un buen número de extras involucrados sobre la marcha sostienen la historia junto a siete actores y mucha y buena posproducción. Atentos, porque han venido para quedarse.