Causó un gran revuelo por el ruido que hicieron al impactar los bajos del coche. Pero todo se quedó en un susto. Sobre las cinco y veinte de la tarde de ayer, un taxi acabó atascado en las escaleras de la plaza de A Ferrería, en Pontevedra. Tras el impacto salieron los ocupantes por ambas puertas, por lo que el conductor llevaba a bordo a algún cliente. No era un taxi de aquí, según comentaba la gente congregada en la plaza entre corrillos. «Iban dos clientes dentro del taxi y nos comentó una camarera que ya era la segunda vez que pasaba esto», comentaron unas chicas que se encontraban en un local de hostelería cercano. Efectivamente, en noviembre del 2006, otro vehículo sufrió un accidente exactamente igual. En aquella ocasión se trató de un coche de un particular, un audi de color gris. El accidente se produjo también entonces por un despiste del conductor.