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domingo, 30 de junio de 2013

HISTORIA Y ORIGEN DE LOS CELTAS.

La Lengua Celta

El asentamiento original de este pueblo parece haber sido la zona centroeuropea que actualmente corresponde a Austria y Bohemia.
Durante el primer milenio a. C. se extendieron progresivamente hacia el oeste (en dirección a las Islas Británicas, Francia y la Península Ibérica), hacia el este (Rumanía y los Cárpatos) y hacia el sur (Italia, Grecia y Anatolia).
En el siglo IV a. C. ya representan una civilización importante, con una cultura y organización social fuertemente desarrolladas para su época.
En el año 390 a. C. conquistan Roma y llegan a asentarse en el norte de Italia, creando la llamada Galia Cisalpina.
Durante el apogeo de su civilización -alrededor del año 100 a. C.- los celtas dominaban un amplio territorio que se extendía por casi toda Europa occidental, posteriormente con la expansión del Imperio Romano, estas “tribus bárbaras” experimentaron un proceso de asimilación cultural que los llevó a adoptar las costumbres y la lengua de sus conquistadores.
Hacia el año 400 d. C. la presencia celta en la Europa continental era reconocible sólo en topónimos.
Ha sido únicamente en las Islas Británicas donde los celtas han preservado parte de su identidad nacional y étnica.
La variante hispánica del celta dejó de ser hablada a comienzos de la era cristiana.
Clasificación de las lenguas celtas:
Las lenguas celtas se dividen en dos ramas principales:
La Continental que está representada en exclusividad por el galo pero que desapareció completamente de la región francesa en que se hablaba, la Galia, cuando los romanos la conquistaron e impusieron el latín (cuya variante local se convirtió con el paso del tiempo en el moderno francés).
La Insular que engloba a su vez los subgrupos gaélico o goidélico (irlandés, gaélico escocés, manés) y britónico (galés, bretón, córnico).
El irlandés, el gaélico escocés, el galés y el bretón gozan hoy en día de una relativamente amplia aceptación en sus regiones de origen, con una presencia habitual en la educación, la prensa, la radio y la televisión.
El córnico se extinguió como lengua hablada a finales del siglo XVIII, mientras que el manés lo hizo en 1974 (cuando su último hablante nativo murió).
Los primeros colonizadores celtas de las Islas Británicas llegaron en la segunda mitad del primer milenio a. C. y hablaban la variante britónica de la originaria lengua llamada protocelta, éste fue el dialecto que imperó en la región durante mucho tiempo, incluso durante la dominación romana de la isla desde el siglo VII d. C. en adelante, la presión de los anglosajones obligó a los celtas britónicos a retirarse hacia las costas occidentales, y además sufrieron los ataques de unos nuevos e inesperados invasores, sus “primos” los celtas gaélicos, éstos últimos se asentaron finalmente en Irlanda, y desde allí se extendieron posteriormente hacia el oeste de Escocia, el noroeste de Inglaterra y la Isla de Man.
A su vez, los celtas britónicos pasaron de Cornualles a la región francesa de Bretaña entre los siglos V y VI, creando un enclave continental estable.
La distribución lingüística originada por los anteriores procesos migratorios ha permanecido inalterada hasta el momento presente.
En la actualidad, las lenguas celtas presentan un carácter marcadamente local, ya que apenas han extendido su influencia fuera de las Islas Británicas y el norte de Francia, se trata de la única rama lingüística indoeuropea cuya supervivencia se halla seriamente amenazada, a pesar de los intentos por promover su enseñanza y su habla, pierden terreno progresivamente en favor del inglés y el francés.
Se estima que su número total de hablantes ronda actualmente los 1,7 millones, aunque con cada generación que pasa esta cifra disminuye considerablemente.

Teorías de los orígenes: CONTINENTE DE LA ATLANTIDA

El hecho de que Irlanda, Francia y España, tengan un factor común en todas las teorías sobre el origen de los celtas, ha creado la mas reciente de todas las teorías:
La Atlántida.
Esta teoría se basa en el místico continente de la Atlántida el cual desapareció si dejar huella alguna.
Los defensores de esta teoría se basan más en presentimientos y suposiciones que en pruebas físicas, de las cuales solo mencionan el hecho de que en Irlanda, Francia y el Norte de España, se da una misteriosa congregación de Celtas y protoceltas muy anterior a los de Austria y Ucrania lo cual les hace pensar que algunos misteriosos habitantes de un lejano continente perdido llegaron a Europa.
Esta teoría es casi imposible de comprobar al menos de que alguien encuentre el continente, sin embargo, no es del todo absurda.

Teorías de los orígenes: IRLANDESA

Esta teoría es similar a la Gellego-Asturiana. Sengun la teoría irlandesa, los Celtas nacieron en Irlanda, e Isla de Mann de donde empezaron a emigrar a Inglaterra, Gales, Curnugales, Escocia, y después a Francia, a los paises de Europa Oriental, a España, y a Turquía (Los Gálatas).
Esta teoría se sustenta en hallazgos dados en la misma fecha que los Gallegos, a excepción de una vasija con una decoración que al parecer resulta ser protocelta y es de unos 700 años antes.
La vasija, o mejor dicho, el fragmento de la vasija esta sumamente dañada, por lo cual no se sabe bien su origen, algunos arqueólogos presumen que la vasija tiene que ser no protocelta, si no totalmente Celta, pues hasta donde se sabe, los primeros y casi los únicos habitantes de Irlanda son Celtas.
Otra prueba contundente es la mitología Celta, que a pesar de que no se puede tomar como prueba fundamental por el simple hecho de ser "Mitología", se nos habla de que antes que el mundo naciera, los Celtas poblaban Irlanda.
Esta teoría podría ser la única que se pudiera comprobar o bien refutar en un lapso corto de tiempo, ya que las fuentes celtas en Irlanda son amplias y poco manipuladas.

Teorías de los orígenes: GALLEGO-ASTURIANA

Esta teoría es prácticamente nueva, y desconocida.
Nuevos hallazgos datos en casi 3000 años antes del Hasllstat de pueblos protoceltas, en La Coruña, en Ourense, y en el extremo occidental del principado de Asturias al Norte de España, hace pensar a algunos autores que los Celtas tuvieron su cuna en España y que avanzaron a los Pirineos, Catalunya, y sur de Francia, para despues emigrar al Oriente de Europa y a las Islas Británicas.
Durante muchos años la Historia Celta en España estuvo muy poco estudiada y en los últimos años, en los cuales se ha estudiado a fondo a este pueblo, se han hecho grandes descubrimientos.
Esta teoría es muy probable de que sea realidad, ya que en el Norte de España, es el segundo lugar (después de Irlanda) donde la cultura Celta es pura, aparte de que es sumamente antigua y además los nuevos descubrimientos han apoyado a esta teoría.
El posible origen Celta, en Galicia y Asturias, ha dado como resultado un choque entre los historiadores tradicionales o comúnmente llamados "Historiadores de Escritorio" y los arqueólogos, los cuales han sido los mayores defensores de esta nueva teoría.

Teorías de los orígenes: GERMANICO-NÓRDICA

Otra teoría sobre el origen de las naciones Celtas es aquella que plantea la hipótesis de que los Celtas, y en general casi todos los pueblos Europeos, sus antecesores originarios no son los pueblos Indoeuropeos si no los pueblos Nórdicos o Vikingos.
Esta teoría dice que los Nórdicos llegaron a Alemania por diferentes causas principalmente por el simple afán de conquista, y que de allí se expandieron a Europa Occidental, Oriental, Insular y a Medio Oriente.
Posteriormente, el aislamiento geográfico provoco que el pueblo Vikingo que emigró al sur, se hiciera completamente diferente al Vikingo del Norte.
Sin embargo no hay mucha evidencia física que sustente esta teoría, puesto que los hallazgos de restos Celtas encontrados en países Nórdicos son muy posteriores al origen Celta, aparte de que los encontrados en el transcurso del movimiento de los Indoeuropeos son mucho mas amplios y mas antiguos.
También hay que destacar que la poca evidencia física que había fue sumamente manipulada, por conveniencia de ciertos gobiernos, durante la segunda guerra mundial y durante la guerra fría, que fue en este periodo de la historia cuando gran parte de la evidencia fue destruida.
La única evidencia fuerte, es el hallazgo de algunos materiales netamente protoceltas, en el norte de Dinamarca, los cuales fueron fechados antes de la cultura del Hallstat de Austria.
Esta teoría es poco aceptada en la actualidad, sin embargo no es desechada puesto que la teoría en si es muy buena y muy lógica.

Teorías de los orígenes: INDOEUROPEO

Un grupo de pueblos, procedentes de la India, y Medio oriente, emigraron rumbo a Europa (un continente prácticamente deshabitado).
De este pueblo indoeuropeo, surgieron algunas de las civilizaciones mas grandiosas de Europa, tales como los griegos, los vikingos, los germánicos, los romanos y claro los Celtas.
Estos pueblos, pudieron haber emigrado rumbo a Europa ya sea por problemas internos, o con otras naciones, o bien por sequías, hambrunas o pestes.
Los indoeuropeos, llegaron a los Urales, y al Mar Caspio, cruzaron el Mar Negro, y llegaron a Europa Oriental, y a los Balcanes.
Posteriormente, se introdujeron mas en Europa y llegaron a Alemania, Austria, Suiza, y algunos subieron a los países Nórdicos.
De esta etapa, la cual fue la cultura del Hallstat, si se tienen registros, de utensilios, armas, cuerpos momificados y algunos fósiles encontrados en Austria y que marcan el inicio del pueblo Celta.
Posteriormente, los celtas avanzaron a Francia, las Islas Británicas, Irlanda y España. Las pruebas que se tienen de esta teoría, son los Menhires, Dólmenes, y demás huellas de la cultura Celta en Ucrania, los Balcanes y los antes mencionados en Austria, los cuales son, hasta el momento los mas viejos encontrados en Europa.

Orígenes III

Los celtas poblaron España en el año 500 a. C. aproximadamente.
Esto significa que la poblaron bastante tarde, en el apogeo de su cultura.
Los celtas gallegos fueron derrotados por los romanos en el 60 a.C.
La gente vivía sobre todo de la agricultura.
Se han encontrado fortificaciones de los celtas, lo que muestra que eran un pueblo bastante desarrollado.
Estas fortificaciones en Galicia se llaman "castros".
La raza que vivía en Galicia se llamaba "Brigante".
En Austria, junto al lago de Constancia, aún hay una ciudad que se llama Bregenz, parece claro que ambos nombres tienen una base común.
Se puede decir que en Galicia, antes de los celtas, si hubo hombres, no dejaron huellas que nos permitan hoy conocer su existencia y fueron expulsados para siempre por los celtas invasores.
Por lo tanto, los celtas somos la base de la Galicia actual.
En este sentido, se dice que el timbre oscuro y el sonido semi-nasal en el portugués y gallego tienen su origen en la lengua celta.
Plinio, escritor romano, dijo que los gallegos fueron numerosos pobladores, valerosos, inteligentes y aptos para el progreso, cultivando los conocimientos de los grandes pueblos, en sus comienzos y en su vida primitiva.
Aún así, no se sabe mucho sobre la vida diaria, la religión o la organización política de los celtas, pero en las costumbres que hoy todavía existen y en las leyendas antiguas tendríamos como un eco para poder reconstruir la vida pública y privada.

Orígenes II

Los celtas insulares, debieron establecerse en Gran Bretaña hacia el siglo IX u VIII.
Las grandes divinidades son comunes, aunque con evoluciones fonéticas y diferentes interpretaciones que cada uno hizo a su modo.
En cuanto a su historia mítica, tiene dos fases.
La primera de las razas que invaden Irlanda es la de Cessair, que desembarca en Irlanda para huir del diluvio.
Tras el diluvio empieza una segunda fase con cinco invasiones:
La primera es la de Partolón, la segunda la de Nemed, la tercera la de los Fir Bolg, la cuarta la de los Tuatha De Dannan y la quinta la de los Hijos de Milé.
Tipológicamente eran dolicocefácilos, rubios y de elevada estatura y su origen se relaciona más claramente como una división de los pueblos caucásicos que como una parte de los pueblos nórdicos.
La superioridad de sus armas, espadas de hierro, los dotó de un poder dominador, pero se mezclaron con los pueblos conquistados.
Ocuparon diferentes zonas de Europa, desde las costas del Atlántico hasta las riberas del Mar Negro; desde Irlanda, Dinamarca y el norte de Francia hasta ciertas zonas del Mediterráneo, al sur.
Durante el período del Hallstatt (650-400) dominaron a los ligures en el centro y norte de la Galia, llegaron a las islas Británicas y penetraron también en la península ibérica a principios del siglo V a. C. (aunque las primeras manifestaciones célticas se datan en los campos de urnas de Cataluña del siglo IX), donde vivían fenicios e iberos.
En el norte de la península Itálica lucharon contra los etruscos, en la península de los Balcanes derrotaron a los griegos y saquearon el santuario de Delfos.
Llevaron sus conquistas hasta el Asia Menor y nunca llegaron a formar un estado unitario, pero sí poderosos grupos semifeudales unidos por necesidades de defensa común.
Con el desarrollo de La Tène (hacia el año 400 a.C.), los celtas, ahora denominados galos, invadieron el valle del Danubio y parte del Asia Menor, pero poco después comenzaron a ser derrotados, especialmente, por los romanos que, al extenderse por el Mediterráneo y por Europa, colisionan con el mundo céltico.
Durante los siglos III y II a. C., el Imperio Celta perdió su unidad y se desintegró en multitud de reinos independientes, pero si se sabe que en los bretones y los belgas cruzaron el canal de la mancha uniéndose a los Goidels o expulsándoles más hacia el interior, por consiguiente hay dos grupos de celtas insulares los goidélicos y los bretones.

Orígenes I

Se calcula que los celtas existían desde el año 2000 a. C. (en el final de la Edad de Bronce) y llegaron a alcanzar su mayor esplendor en la Edad del Hierro.
Los celtas salieron de la comarca comprendida entre el Rin, el Elba y el Danubio ocho o diez siglos antes de nuestra era.
Pertenecían a una raza aria o indoeuropea, por lo que eran hermanos de origen de los germanos, eslavos, tracios, indios, persas, italiotas, griegos etc.
Hacia el siglo XV a. C. estaban divididos en dos grupos: los italiotas y los griegos, unos eran pacíficos y vivían de la agricultura y de la artesanía, eran el grupo más pacífico de los dos, el otro grupo, los celtas guerreros como los conocemos hoy, que venían de Los Balcanes y disponían de un buen ejército, gracias a éstos últimos debemos lo que llamamos la "cultura celta", todas las costumbres, idioma, religión, etc. transmitidas a los pueblos que conquistaban.
Nuestro territorio se extendía, en su época de mayor expansión, desde el bajo Danubio hasta las Islas Británicas, desde España hasta el mar del norte.
Los celtas guerreros eran conocidos por su caballerosidad, su orgullo en la lucha y su ánimo, pero también por su sentido por la música, la poesía y la filosofía.
Los celtas fueron llamados Keltoi por los griegos, de los cuales y gracias a su tradición escrita, parten casi todas las historias referentes al pueblo celta.
Esa memoria se remonta hasta tiempos muy antiguos, la tradición oral ha resistido el paso de los siglos a pesar de que casi toda la cultura céltica fue extinguida, primero por los romanos de César y después en la era cristiana por ellos mismos.
Los Celtas han captado siempre la fascinación de historiadores y arqueólogos, y han corrido ríos de tinta.
Desarrollaron las denominadas culturas de Hallstatt y La Tène.
La primera se manifestó en el primer período de la Edad del Hierro y tomó el nombre de una localidad de la Alta Austria, se originó a partir de la Edad del Bronce, en donde el hierro sustituyó al otro material en la fabricación de elementos como espadas, puntas de lanzas, hachas, agujas, recipientes, cuchillos y puñales.
La Tène es la cultura celta de la segunda parte de la Edad del Hierro estructurada en tres o cuatro períodos y se desarrolló entre la Hallstatt y la conquista romana (450 a 50 a.C.).
Aquellos que compartieeron esta civilización se destacaron por la elaboración de elementos como grandes espadas, escudos alargados, grandes hebillas, fíbulas.
Construían sus fortificaciones en las cumbres y acuñaron su propia moneda.
Una cosa que facilitó tal dominio pero que, a la vez, permitió la continuidad de dicha cultura, fue la ausencia de un verdadero estado celta a causa de la primacía de las estructuras tribales y familiares, si bien esta división los hacía militarmente débiles ante invasores bien organizados, como por ejemplo los romanos (a los que sin embargo les llevó años conquistar ), paradójicamente sucedía lo contrario con las costumbres y los valores, protegidos de influencias externas por los fuertes vínculos parentales, en donde el clan estaba por encima de toda organización estatal, y unificaba y cobijaba a sus miembros."Llevamos la fuerza del jabalí y la sabiduría del unicornio".
LoboBlanco:30/06/2013.

HISTORIA DE LOS VIKINGOS.

Historia de los Vikingos - Los guerreros del Norte



Origen de los Vikingos

Se les llama Vikingos a la población de Escandinavia (Noruega, Suecia y Dinamarca principalmente) que aterrorizaron el territorio europeo alrededor del siglo VI al XI y quiere decir"Hombres del Norte". También se sostiene que viene le frase "Vik in", que significa "bahía adentro", refiriéndose así a sus desembarcos. Aventurados marineros y excepcionales guerreros, establecieron un régimen donde sólo su conversión al cristianismo podría detenerlos, ya que al cabo del tiempo terminaron siendo absorbidos por la cultura de las regiones que conquistaron.
Los vikingos poseían veloces naves llamadas "Drakkars" que utilizaban para saquear los pueblos europeos de manera rápida y brutal, antes de que se organizara una resistencia seria. Con el tiempo sus saqueos se convirtieron en conquistas.
Los Vikingos atravesaban velozmente el mar asolando las costas desde sus "drakkars"(llamadas así porque las proas y popas de sus naves estaban adornadas con cabezas de dragón). Los vikingos, que significa "hombres del norte", fueron la última de las tribus bárbaras llamadas germanas por los romanos que aterrorizó Europa. La población se sentía atemorizada por los vikingos debido a su ferocidad y crueldad. Por otra parte, además de buenos guerreros, los vikingos eran diestros artesanos, marineros, exploradores y comerciantes.

Las tácticas de los Vikingos

El modo de saqueo de los vikingos impulsa la construcción de castillos y favorece la descentralización política del feudalismo. Además los vikingos establecieron regímenes políticos y administrativos en los territorios conquistados. Algunos de ellos no sobrevivieron a la era de los vikingos, como los reinos de Dublín y York; pero Islandia sigue existiendo como Estado, la monarquía de Kiev sería la base del Imperio Ruso, y huellas del talento organizador de los jefes vikingos son claramente visibles hoy día en la Isla de Man y en Normandía.
Se dice que el inicio del nombramiento de vikingos a los escandinavos tiene lugar con el saqueo del monasterio de Lindisfarne (793), siendo pronto seguido por ataques a otros monasterios, ya que los Vikingos tenían tradiciones paganas y creencias en los dioses nórdicos (Odín, ThorHeimdall). Los anales y crónicas de los dos siglos siguientes están llenos de relatos aterradores. Los vikingos emplean un modo de saqueo parecido a la guerrilla, haciendo uso de sus veloces naves, llegan a las costas europeas de manera impredescible y atacan rápida y violentamente, tratando de conseguir el mayor botín, para retirarse tan rápido como llegaron, dando pie a que no se les pueda hacer una fuerte resistencias, dando lugar al desgaste. Las poblaciones de las costas de Alemania, Francia y Gran Bretaña vivían en el terror de ser presa de las incursiones de los vikingos. Pero con el tiempo se volvieron más audaces, llegando a ocupar y a asentarse en gran parte de Europa. La magnitud y frecuencia de las incursiones vikingas en Inglaterra, Francia y Alemania aumentó hasta el punto de convertirse en verdaderas invasiones, en las que se establecían asentamientos con miras a incursiones posteriores. El territorio de asentamiento vikingo del noroeste de Francia se denominó Normandía, que procede del término "hombres del norte" y dio el nombre de normandos a sus habitantes.
Casco Vikingo. Los vikingos usaban lo impredescible de sus llegadas como medio para provocar un terror psicológico a las poblaciones que atacaban.

Las conquistas de los Vikingos

La ganadería, la agricultura y la pesca fueron la base de subsistencia de los habitantes de Escandinavia durante siglos. En los siglos VI y VII, se desarrolló el comercio a lo largo del Mar Báltico y con Rusia a través de sus grandes ríos. Repentinamente, a finales del siglo VIII los vikingos comenzaron sus agresivas incursiones sobre las costas de Europa. Las razones pueden ser diversas. La incursiones de los vikingos posiblemente se debieron al descubrimiento de la riqueza de los pueblos del sur por los comerciantes, aunado a la relativa debilidad de éstos y su ventaja como navegantes experimentados y veloces embarcaciones.
A finales del siglo VIII, ya realizaban grandes incursiones a través de los ríos de Rusia, estableciendo fortificaciones defensivas. En el siglo IX gobernaban Kiev; y en el 907, una escuadra de 2.000 embarcaciones y 80.000 hombres de los vikingos atacó Constantinopla, aceptando el ventajoso acuerdo comercial que el emperador bizantino les ofreció a cambio de su retirada.
La región de Escandinavia está formada principalmente por Noruega Suecia y Finlandia. Posteriormente los Vikingosconquistarían territorios en Inglaterra, Alemania, Francia y Rusia, para posteriormente ser asimilados por su cultura.
Un gran ejército danés de los vikingos invadió Inglaterra en el 865, continuando a lo largo de dos siglos su expansión por la mayor parte de la isla. Canuto, quien gobernó simultáneamente Dinamarca y Noruega, fue uno de los últimos reyes vikingos de Inglaterra antes del año 1066. Una gran flota que atravesó el Sena con la intención de atacar París en el año 871 tuvo sitiada la ciudad durante dos años, hasta que se llegó a un beneficioso acuerdo económico para los vikingos. Este incluía un elevado pago en metálico y el permiso para saquear el oeste de Francia sin impedimento.
A cambio del cese de las incursiones y de la conversión de los vikingos al cristianismo en el año 911, el rey de Francia dio el nombramiento de duque al jefe vikingo de Normandía. Del ducado de Normandía, surgieron varios famosos guerreros vikingos. Entre ellos se encuentran: Guillermo I, que conquistó Inglaterra en el 1066; Robert Guiscard y su parentela, que le arrebataron Sicilia a los Árabes entre 1060 y 1091; Balduino I, rey del reino cruzado de Jerusalén.
Los Vikingos y sus descendientes controlaron durante algún tiempo la mayor parte de la costa Báltica, gran parte del interior de RusiaNormandía (Francia), Inglaterra,Sicilia, el sur de Italia y parte de Palestina. En el 825 descubrieron Islandia, donde se asentaron en el 875 (aunque ya estaba habitada por monjes irlandeses). Los Vikingos, al mando de Erik el Rojo, colonizaron Groenlandia en el 985 y se dice que su hijo Leif Erikson llegó al nuevo mundo y exploraron parte de Norteamérica 500 años antes que Colón.

El fin de los Vikingos

Las incursiones de los vikingos cesaron a finales del siglo X. Dinamarca, Suecia y Noruega se habían convertido en reinos, y los reyes dedicaron la mayor parte de sus energías al gobierno de sus dominios. Con la expansión del Cristianismo, los antiguos valores guerreros de los vikingos se debilitaron hasta desaparecer. Las culturas que habían conquistado los absorbieron; y así los ocupantes y conquistadores de Inglaterra se volvieron ingleses, los normandos franceses, y los varegos rusos.

La era de los vikingos se cree que se extinguió con el último reducto hostil que representaba el rey Harald III el despiadado (Hardrada), el cual murió en acción en la batalla por intentar tomar posesión del territorio de Inglaterra en la batalla de Stamford Bridge en el año 1066. Aún así los descendientes de los vikingos, lograron consolidarse en el ámbito europeo y construyeron el primer reino ruso en Kiev. Los normandos por su parte, salieron de normandia y subieron a los tronos del reino de Jerusalén, Inglaterra, Cecilia, Nápoles, y del Imperio Latino.
Los vikingos dejaron de hacer incursiones a finales del siglo X, en parte debido a su conversión al cristianismo que implicó el abandono de sus pasadas creencias paganas y valores guerreros. Escandinavia se dividió en varios reinos y los nuevos gobernantes se concentraron en el gobierno de sus territorios.Las culturas que rodeaban los emplazamientos vikingos en Rusia, Francia y Gran Bretaña absorbieron a los vikingos. El desarrollo militar que generarían las batallas de los vikingos encontraría pronto uso en el oriente medio con el advenimiento de las cruzadas.
Los vikingos adoraban principalmente a los dioses paganos de la mitología nórdica, de los cuáles Odín era el más importante. Seguido de otros como Thor y Heimdall.

miércoles, 19 de junio de 2013

"DONOSTIA-1813-2013"

El título oficial de ese evento es “Bicentenario 1813-2013. 200 años construyendo San Sebastián”. Una afirmación excesivamente neutra, incluso aparentemente cándida vista desde el punto de vista del historiador -que algo, se supone, podrá decir respecto a algo que, se supone, es una conmemoración histórica- y que no mejora mucho con la explicación que da el programa oficial del Ayuntamiento de San Sebastián, donde se señala, literalmente, que lo que se pretende conmemorar es “la quema, destrucción y reconstrucción de Donostia/San Sebastián”. A lo que sólo se añade, para contextualizar ese hecho histórico, que dicha “quema, destrucción y reconstrucción” fue producto de “un trágico episodio de las Guerras Napoleónicas” perpetrado por tropas aliadas anglo-portuguesas…
Si seguimos leyendo dicho programa descubriremos que, básicamente, se pretende dar a conocer ese hecho, pero en ningún momento se habla de aprovechar esta fecha redonda para realizar la trabajosa -y necesaria- tarea de reconstruir aquellos hechos, ahondando en el conocimiento histórico de los mismos.
Así las cosas, a fecha de hoy, y ya sólo con ese punto de partida, entramos en un discurso histórico que, voluntariamente o no, deforma, y aliena, el recuerdo de esos acontecimientos. Para empezar se aísla ese hecho,“la quema, destrucción y reconstrucción de Donostia/San Sebastián”, del contexto histórico que lo generó.
Es decir, de una importante campaña militar que, como nos indica la obra clásica de José Gómez de Arteche, comienza el 26 de mayo de 1813 en Salamanca, donde se inicia una decidida marcha hacia el Norte con hitos como Osma, San Millán, Subijana… que culmina en la batalla de Vitoria el 21 de junio de 1813 y se remata -en territorio peninsular, ya que la última batalla se libra en Tolouse en abril de 1814- con la de San Marcial el mismo 31 de agosto en el que San Sebastián es tomada por las citadas tropas anglo-portuguesas. Algo que sólo se logra después de vencer la obstinada resistencia del general Rey, mantenida durante dos meses, y que hará pagar a esas tropas anglo-portuguesas un altísimo saldo de bajas, que superan los dos mil efectivos muertos ante la brecha por la que San Sebastián es tomada al asalto para desalojar a las tropas napoleónicas acantonadas en ella.
Se nos priva así de saber que la ciudad es un punto clave, estratégicamente hablando, en dicha campaña de la que depende en esos momentos el destino de toda Europa. El mismo que se está jugando sobre una mesa de negociaciones en Dresde, donde el emperador Napoleón se esfuerza por ocultar la derrota de Vitoria y la pérdida, ya casi definitiva, de toda la Península, a excepción de Pamplona y Cataluña.
Se nos priva así también con ese enfoque reduccionista de saber que el objetivo inicial de esas tropas organizadas para batir a los restos de la “Grande Armée” napoleónica en Portugal y España, era hacerse con un recurso estratégico de primer orden, fundamental para que el ejército aliado de España, Portugal y Gran Bretaña no sufriera un descalabro quizás definitivo. También se nos priva así de considerar que el fin oficial y declarado de ese ejército aliado -dejando aparte, de momento, desmanes aún por esclarecer- era, tal y como lo esperaban sus habitantes, liberar una ciudad invadida, tomada por un golpe de mano desde el año 1807, del mismo modo que, de acuerdo al designio de Napoleón para apoderarse de España sin disparar un sólo tiro, se toman otras plazas fuertes y depósitos militares estratégicos de esa monarquía.
Una ciudad, San Sebastián, que, partidarios de la causa bonapartista aparte -caso, por sólo citar un ejemplo, de José María Soroa, que, a la sombra de las bayonetas francesas, actúa como un verdadero tirano-, vive en una incómoda y tensa situación con un ejército de invasión que se mantiene, básicamente, esquilmando la Hacienda pública de esa ciudad como la del resto de las poblaciones de tránsito de la “Grande Armée” napoleónica.
Es éste un panorama nada alentador y que, a medida que nos acercamos a la recta final de esa conmemoración, quedaría reforzado -incluso se podría decir que definitivamente sellado- por la ausencia para el recuerdo, para el Futuro, de algo que explique realmente la Historia -no el Mito, ni la Leyenda o leyendas, o las omisiones deliberadas o no- de aquellos acontecimientos con el nivel y la calidad de las obras que vieron la luz en el año 1963. El año en el que se cumplió el 150 aniversario de esa que, con toda corrección histórica, podríamos llamar la batalla de San Sebastián, pues, salvando ciertas distancias, responde, en sus características básicas, a un esquema muy similar, por ejemplo, al de una de las más vastas operaciones de la Segunda Guerra Mundial. Es decir, la lucha por el control estratégico de la ciudad de Stalingrado por medio de un férreo asedio entre agosto de 1942 y febrero de 1943, que actualmente se conoce, precisamente, como “batalla de Stalingrado”.
Se han invertido cantidades notables en organizar multitud de pequeños actos para recordar esos hechos de esta penúltima campaña de las guerras napoleónicas en el País Vasco a través de esa conmemoración histórica -“Bicentenario 1813-2013. 200 años construyendo San Sebastián”- tan mal enfocada desde el punto de vista del historiador. Unos han sido populares -como el Carnaval de este 2013-, otros más académicos, como visitas guiadas, ciclos de conferencias, algún que otro curso de verano y un largo etcétera que ha abrumado, o aún va a abrumar, la agenda de los donostiarras y los turistas que han visitado, o visitarán, la ciudad.
Sin embargo, pese a esa nutrida agenda, un historiador no podría -de hecho, no debería- cerrar los ojos ante el hecho, fundamental, de que no hay, de momento, ni un sólo libro de Historia similar a esa “Historia de la reconstrucción de San Sebastián” firmada en 1963 por el profesor Miguel Artola, que nos explique, correcta y documentadamente, de qué circunstancias históricas reales sale esa “quema, destrucción y reconstrucción de Donostia/San Sebastián”.
Desde luego incógnitas en torno a la destrucción de la ciudad -según los indicios documentales disponibles, sistemática, y probablemente intencionada- no parecen, a fecha de hoy, ir a quedar resueltas -ni investigadas- en una monografía similar a la escrita por Artola por lo que se ha puesto hasta ahora al alcance de los lectores a raíz de esta conmemoración. La misma que parece pretender reducir unos hechos diversos y complejos únicamente a “la quema, destrucción y reconstrucción de Donostia/San Sebastián”, aislando todo eso del resto de acontecimientos históricos de los que fue el sobrecogedor producto final.
La aportación de información documental completamente inédita sobre ese asunto, ha sido, hasta este momento, poco más que irrelevante y no ha servido, desde luego, para esclarecer los hechos del incendio de ese mismo 31 de agosto de 1813, ni para situar esos hechos de armas claves en el desarrollo de la fase final de las guerras napoleónicas que se luchan, casi simultáneamente, en Vitoria o San Marcial, sí, pero también en Lützen y Bautzen, donde Napoleón aún cree posible derrotar la coalición de potencias -Rusia, Prusia, Portugal, Suecia, Gran Bretaña, España…- que lo van acorralando, poco a poco, en el hexágono francés, obligándole a retroceder a sus fronteras anteriores incluso a las guerras revolucionarias.
En ese panorama tan desolador para el historiador y para los que quieren leer Historia, ha habido, en el caso de San Sebastián, además, reclamaciones verdaderamente estrambóticas por parte de algunos colectivos y asociaciones culturales acerca de la necesidad de una mayor investigación sobre esos hechos.
Algo verdaderamente chocante teniendo en cuenta que algunos productos de esa conmemoración, avalados por dichas asociaciones -y, lo que es más preocupante, financiados con dinero público-, han ignorado -sistemáticamente- las más recientes aportaciones historiográficas sobre ese tema. Como podría ser el caso -por sólo citar los ejemplos que mejor conozco- del artículo “Cuatro años de traición” -firmado por el que estas líneas escribe-, donde se aclaraba, con documentos a la vista, hasta dónde había llegado realmente la supuesta inquina de la Corona española contra algunos de sus súbditos guipuzcoanos por el conato secesionista de adhesión a la república francesa de 1789 que promovieron en 1794, al amparo de las tropas de esa Convención.
Un tema que quedaba oficialmente olvidado por un perdón real fechado en el año de 1798, dejando esa cuestión zanjada y el camino abierto a los antiguos traidores -vistos así desde la óptica de la Corona española- para redimirse, a partir de 1808, alistándose bajo las banderas españolas que combaten a un Napoleón igualmente antipático para esos antiguos revolucionarios, como los Echave Asu y Romero, -que lo ven como un traidor a los ideales de 1794- y, también, para acérrimos absolutistas.
Igualmente quienes tal afán investigador piden ahora, casi al final del bicentenario de esa que, por exactitud histórica, deberíamos acostumbrarnos a llamar la batalla de San Sebastián, parecen ignorarlo todo sobre las recientes biografías del general Gabriel de Mendizabal -también firmadas por el que estas líneas escribe- publicadas en la Enciclopedia vasca de referencia -Auñamendi- y en el Boletín de Estudios Históricos sobre San Sebastián, basadas, principalmente, en documentación inédita del Archivo Histórico Nacional y del Archivo Militar de Segovia.
Una circunstancia, como decía, chocante, teniendo en cuenta que dichas asociaciones reclamantes de “investigación histórica”, y lo que ellas pretenden dejar como relato histórico homologado -¿quizás definitivo?- de esos acontecimientos de 1813, otorgan al general guipuzcoano Gabriel de Mendizabal un papel de benefactor, casi mesiánico, de un entonces inexistente “pueblo vasco”-si acaso todo lo más vascongado, según la denominación de la época-.
Algo bastante difícil de atribuir -ese papel de benefactor casi mesiánico de ese supuesto pueblo vasco independentista- a un militar profesional al servicio de la Corona española desde sus veinte años en regimientos como el África, en el que se fogueará combatiendo contra los habitantes del Norte de ese continente. Los mismos que no ven precisamente con buenos ojos la presencia de plazas fuertes del imperio español en lo que consideran -en buena lógica- su territorio. Eso hasta que el futuro general nativo de Bergara es destinado a los frentes catalán y vasco en 1794, para combatir a los secesionistas guipuzcoanos que, en esas mismas fechas, pasan a sangre y fuego poblaciones como Ondarroa y Eibar por negarse a secundar su proyecto de separación de la corona española…
Brillan por su ausencia también -pese a tales reclamaciones de investigación tan gratuitas que, por lo que se ve, sólo ocultan ignorancia de la que ya se ha realizado- nuevos estudios y sondeos de archivos a fondo sobre figuras como la del general Castaños, que ha sido convertido en el eje de gran parte de la actualmente estéril -para la Historia- controversia en torno a quién dio realmente las órdenes de incendiar San Sebastián en 1813.
Así por ejemplo, ninguna publicación de las realizadas hasta hoy en el marco de este bicentenario en torno a esa cuestión -que se ha convertido casi en el eje único, obsesivo, de la conmemoración de esos hechos históricos de 1813- ha analizado seriamente la correspondencia inédita de Francisco Xavier de Castaños -ese general español de origen vasco- en el momento en el que entra en territorio guipuzcoano en junio de 1813 y se pone en relación con las autoridades locales.
Tampoco parece que se haya revisado su larga hoja de servicios, depositada como muchas otras en el Archivo General Militar de Segovia, o, siquiera, que se hayan sacado conclusiones acerca de su forzada obediencia debida a la Regencia de Cádiz. La misma disciplina militar que le obliga a él, un reaccionario, un partidario del Absolutismo al menos hasta la muerte de Fernando VII en 1833, a proclamar la constitución de 1812 en territorio guipuzcoano, pese a odiar cordialmente esas novedades políticas de corte revolucionario. Una ideología reaccionara que, por cierto, compartía con los oficiales al mando en el asedio de San Sebastián en 1813, el general escocés Thomas Graham  y  Lord Wellington, sirviendo de base a una estrecha amistad con este último. Tal y como lo señalaba, por ejemplo, alguna prensa británica del momento que, por lo visto, tampoco se ha investigado por esas asociaciones que ahora reclaman más investigación.
Ese poco optimista panorama en el que, según todos los indicios, una politización de hechos históricos a la que no se ha querido o sabido poner coto -a causa de querer dar voz a todas las opiniones, sin mirar si dichas opiniones cumplían con un mínimo de requisitos de seriedad científica, historiográfica…-, nos conduce, al menos de momento, a esa ausencia de libros de Historia a la altura del ya mencionado que firmaba Artola en 1963.
Esa carencia de verdaderos libros de Historia sobre hechos como aquella luctuosa batalla de San Sebastián, parte capital de esa penúltima campaña de las guerras napoleónicas, es lo que se tratará de subsanar a lo largo de esta serie de artículos que empieza hoy y seguirá el próximo lunes con una reseña sobre la batalla de Vitoria. La misma que empieza a cambiar el curso de la guerra en Portugal y España y, de hecho, el de esta penúltima campaña que conduce, directamente, a la abdicación del que ha sido el árbitro -y el tirano- de Europa desde el año 1800 en adelante -Napoleón Bonaparte- en la, para él, aciaga primavera de 1814.

Tengan listas pues las memorias de sus Kindle, sus Papyre, sus Ipad… porque, tal vez, no tengan otra oportunidad para reunir un conocimiento histórico sistemático contrastado y correctamente documentado sobre hechos históricos que aún siguen pesando, y mucho, en nuestro presente y, en cualquier caso, son un patrimonio cultural que nos pertenece y no deberíamos permitir que se perdiera, cayera en el olvido o fuera deformado hasta lo ridículo, hasta hacerlo simplemente absurdo, que es casi lo mismo que perderlo, que es casi lo mismo que olvidarlo…
Lobo blanco:19/06/2013.

martes, 18 de junio de 2013

EL FUERTE DE GUADLUPE (HONDARRIBIA)

El fuerte de Guadalupe, que ocupa unos 30.000 metros cuadrados, es el mayor de los tres que se construyeron a finales del siglo XIX para defender la frontera. Fue inaugurado en 1900 y tenía capacidad para albergar a más de 600 militares. Estuvo operativo con diferentes usos hasta 1976, cuando fue desmilitarizado.
El Ayuntamiento de Hondarribia, que adquirió en su día esta fortaleza defensiva, puso en marcha el año pasado unas visitas guiadas a las que da continuidad este verano con la colaboración de Arma Plaza Fundazioa y Behemendi. «Hay muchos hondarribitarras y gente de la comarca que lo tenían olvidado y se sorprenden cuando se acercan a verlo», cuenta el delegado de Desarrollo Rural, Juan Luis Silanes.
Como novedad respecto a 2012, se están rehabilitando dos de las salas del Cuerpo de Guardia que se van a dedicar a sendas exposiciones relacionadas con el fuerte y Jaizkibel. Estos trabajos, que incluyen una mejora de las paredes y puertas del acceso, las está llevando a cabo Teusa, empresa especializada en rehabilitación de patrimonio, y estarán finalizadas para el fin de semana del 29 y 30 de junio.
La arqueóloga municipal, Miren Ayerbe, explica que «contamos con una subvención del Gobierno Vasco y la idea es que estos espacios se puedan utilizar para fines culturales. Se van a colocar paneles informativos, diseñados de forma muy práctica, para que cuando termine la temporada se retiren y se vuelvan a colocar cuando sea necesario».
Este espacio expositivo, situado a la entrada de la fortaleza, se podrá ver de forma gratuita los días que haya visitas. «Es algo que va aparte, que estará abierto para el público, y luego, si quieren realizar el recorrido con el guía por el interior, tendrán opción de hacerlo pagando los dos euros que cuesta», precisa Ayerbe.
Segundo mirador
La visita al fuerte de Guadalupe comprende aproximadamente un tercio de esta construcción defensiva. Al margen del foso, se ven varias galerías y diversas dependencias, junto a uno de los patios con las estancias del gobernador. Desde ese punto se accede a uno de los miradores de la fortaleza, donde suele concluir el recorrido. Este año, además, se está trabajando para adecuar un segundo mirador que ofrecerá una panorámica más amplia.
El delegado de Desarrollo Rural comenta que «somos conscientes de que tiene muchas posibilidades, pero tenemos que ir poco a poco porque hace falta mucho dinero y es importante el tema de la seguridad, que debe estar garantizada en los lugares por los que pasa la gente».
La duración de la visita es de 45 minutos y, según apunta la arqueóloga municipal, es un tiempo «apropiado», ya que el público que suele acudir es, sobre todo, familiar. «Vienen niños y si se hace más larga, es posible que se aburran. Se trata de que sea una actividad agradable y entretenida también para ellos», dice.
Al margen de turistas, hay muchos hondarribitarras e irundarras que se han interesado por esta propuesta. Ayerbe señala que «hay personas que vienen porque para ellos tiene connotaciones sentimentales al haber tenido a familiares aquí. Muchos, además de verlo, te cuentan un poco su historia personal».
Tras pasar un tiempo desapercibida, esta fortaleza está recuperando cierto protagonismo con las visitas guiadas. La arqueóloga municipal concluye que «seguimos trabajando para poner en valor el concepto de plaza fuerte y ciudad fortificada. Hay que tener en cuenta que, cuando la plaza fuerte dejó de tener sentido en el siglo XIX, cobró importancia Jaizkibel con los torreones carlistas, los bunkers y el fuerte de Guadalupe».
Loboblanco:18/06/2013

UN PANTALÓN RECARGA EL MÓVIL GRACIAS AL MOVIMIENTO.

Investigadores de la Universidad de Southampton (Reino Unido) han presentado dos soluciones para cargar el móvil cuando no hay enchufes cerca. Un pantalón vaquero que transforma los movimientos en electricidad, y un saco de dormir que aprovecha el calor del cuerpo con el mismo propósito.
La idea de desarrollar estos cargadores de fortuna se debe a la telefónica Vodafone, que los quiere promocionar durante la época de macrofestivales de música. Lo han denominado ‘Power Pocket’ (‘bolsillo energético’). Según sus creadores, el pantalón permite, tras un día entero de caminar y bailar, una recarga equivalente a 4 horas de uso del teléfonoUna noche de sueño en el saco, por su parte, equivaldría a 11 horas. No tan eficaz como un enchufe, pero suficiente para mantener vivo el ‘smartphone’ cuando no hay alternativa cerca.
El pantalón funciona gracias a unos tejidos piezoeléctricos que aprovechan la compresión y la alteración en la forma de los tejidos y la convierten en electricidad. Esta se almacena en una batería que, a su vez, es capaz de recargar la del teléfono a través de un cable que sale del bolsillo trasero.
El saco de dormir, por su parte, utiliza el denominado ‘efecto Seebeck’, que aprovecha las propiedades de determinados materiales para generar electricidad cuando registran cambios de temperatura. Los investigadores de Southampton han trabajado en esta tecnología desde hace una década, y han conseguido crear un material con estas características y que se puede imprimir. Lo han incorporado en la tela que está en contacto con el cuerpo.
«Uno de los lados está frío, y otro está caliente, lo que produce un flujo térmico que permite crear un voltaje y una corriente», explicó el investigador Stephen Beeby, responsable científico de estos inventos. «Y cuando tienes corriente y voltaje, tienes energía eléctrica».
«Estamos explorando dos tipos de tecnología para alimentar los ‘Power Pocket’. La termoelectricidad y la captura cinética de energía», aseguró. «Ambas están a la vanguardia de la investigación en tejidos inteligentes».
Estos sistemas de recarga de dispositivos móviles mientras se está lejos de los enchufes no son únicos. Recientemente se ha lanzado a través de Kickstarter Siva Cycle Atom, que aprovecha las pedaladas de los ciclistas con este propósito, y también Solepower, que se instala en la suela de los zapatos para extraer energía al caminar.
Loboblanco:18/06/213

martes, 11 de junio de 2013

Inteligencia sexual o cómo conocerse para no caer en la insatisfacción sexual.

Acababa el siglo XX cuando supimos que existía la inteligencia emocional. Ahora, cuando aún estamos en el primer cuarto del siglo XXI descubrimos que también existe la inteligencia sexual. En realidad, como en la primera, también se trata de conocerse y conocer a nuestra pareja para no caer en la insatisfacción sexual.


Seguimos sin hablar lo suficiente con nuestra pareja sobre nuestro deseo sexual
El concepto de la inteligencia sexual (IS) fue introducido por los psicólogos estadounidenses Sheree Conrad y Michael Milburn, profesores e investigadores de la Universidad de Massachusetts (EE UU). En su libroInteligencia Sexual mostraron que una gran cantidad de personas siente algún grado de insatisfacción con su vida sexual pero no lo admiten y, al no reconocer el problema, no consiguen resolverlo.

Incluso en una sociedad libre de tabúes seguimos sin hablar lo suficiente con nuestra pareja acerca de nuestros deseos y necesidades sexuales. Conrad y Milburn estudiaron las apetencias sexuales de más de quinientos individuos, desde adolescentes hasta jubilados, a través de un test que permite comprobar el nivel de IS de quien lo contesta y establecer hasta qué punto está satisfecho sexualmente.

Volcaron sus conclusiones en su libro, destacando que las tres claves más importantes para desarrollar la inteligencia sexual:

  • Identificar aquellos ámbitos en los que les conviene centrarse para obtener una mayor satisfacción sexual
  • Hablar de sexo con la pareja
  • Superar las inhibiciones que desmejoran la vida erótica

Conócete a ti mismo

Para la psicóloga y sexóloga Marian Frías, uno de los componentes del concepto de la inteligencia sexual radica en que "cuando uno se conoce y se escucha a sí mismo, sabe cuáles son sus puntos de placer y aprende a comunicárselos a la otra persona, su vida sexual será más plena".


Somos responsables de nuestro placer y debemos decirle al otro qué es lo que nos gusta
Según esta experta "sólo nosotros somos responsables de nuestro propio placer y debemos decirle al otro qué es lo que nos gusta y lo que no, lo cual es complicado y aún nos cuesta hacerlo, pero ese es el camino".

En su libro No molestar, Frías señala que lo más importante es conocernos como personas, saber cuáles son nuestros objetivos, sueños, capacidades y actitudes y, también, cómo somos respecto del sexo, qué es lo que nos gusta y nos hace sentir bien.

La experta aconseja ver la sexualidad como un amplio abanico de posibilidades donde caben otras muchas cosas además de las establecidas, y ver el sexo "como placer y una manera de estar en el mundo, y no sólo como orgasmo, cuerpo y genitales".

Porque el disfrute no es solo lo que hacemos, sino la actitud que tomamos, y "la sexualidad es algo propio e individual, por lo que debemos tomar conciencia de nosotros mismos, autoconocernos muy bien y responsabilizarnos de nuestra felicidad para poder encontrarnos con el otro". Cuanto mejor estemos con nosotros mismos y más nos amemos, mejores serán nuestras relaciones, explica esta psicóloga y sexóloga.

La dimensión erótica se aprende

Ser sexualmente inteligentes —y tener una vida sexual mejor— no depende de la suerte, de la belleza o del sex appeal innato, "sino de habilidades que las personas pueden adquirir, desarrollar y dominar con el tiempo". Lo asegura la psicóloga clínica y consultora sobre sexualidad Esther Morales León.


La persona sexualmente inteligente sabe si su deseo erótico sustituye carencias emocionales
La experta cuenta que la sexualidad siempre nos ha parecido "algo más ligado a los instintos que a la inteligencia, pero la dimensión erótica de cada persona está determinada por su coeficiente de inteligencia sexual, que constituye una parcela muy importante de nuestra capacidad intelectual".

Uno de los pilares de la inteligencia sexual consiste enadquirir los conocimientos precisos para adentrarse en la relación de pareja y poseer información científica precisa acerca de la sexualidad humana. 

El segundo paso hacia una mejor vida sexual consiste en descubrir nuestro propio sexo, averiguar qué nos atrae y excita, qué preferimos y qué facetas de nuestra conducta erótica nos plantean dificultades. "Las personas sexualmente inteligentes son capaces de darse cuenta cuándo sus deseos eróticos están sustituyendo a carencias emocionales, como la falta de autoestima, de seguridad o de poder, o saber cuando mantienen relaciones sexuales porque se sienten solas", apunta la psicóloga.

El tercer pilar es la conexión con los demás, porque "el sexo es cosa de dos". Para adquirir una buena habilidad y dominio de la sexualidad, en la pareja y con uno mismo, Morales recomienda abrirse a los demás y dominar ciertas habilidades sociales como las de hablar con la pareja sobre la vida sexual y de comprender el 'yo erótico' del amante.

No es algo innato sino que se desarrolla siempre que nos hagamos responsables de ella
Sonsoles Fuentes, autora de un libro también llamadoInteligencia sexual, coincide con Morales en que la inteligencia sexual no es algo innato sino que se desarrolla y se alimenta siempre que nos hagamos responsables de ella.

Pueden aprenderla y mejorarla todos aquellos que deseen conocer mejor su sexualidad y quieran explorar sus propios deseos y auténticas necesidades, sin prejuicios ni falsos mitos, según esta experta, que a continuación se pregunta "¿puede existir un ejercicio más placentero?"

Para mantener unas buenas relaciones sexuales "hay que comenzar por conocerse a uno mismo". Según Fuentes, la persona sexualmente inteligente se quita de encima la pereza, indaga para saber más de la sexualidad, busca en su propio interior y tiene el coraje de relacionarse con su pareja reconociendo que todos somos novatos al rozar otra piel por primera vez.

Loboblanco:11/06/2013