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sábado, 8 de junio de 2013

La Remolacha Azucarera o Beta vulgaris, es una planta herbácea, bienal, de la familia Chenopodioideaceae. Por la cantidad de azúcar que almacena se usa industrialmente para la extracción del azúcar y fabricación de alcohol. Mediante múltiples cruzamientos en el pasado y manipulaciones genéticas en el presente se ha conseguido pasar de un contenido del 7 y 8% deazúcar de las plantas primitivas a un 20% en la actualidad.
Durante el primer año la remolacha almacena en su raíz abundantes reservas, principalmente en forma de sacarosa, y es allí cuando se la recolecta para su extracción, si lo que se desea es la producción de semillas se aguarda al año siguiente y sus reservas se van consumiendo lentamente durante los procesos de floración y fructificación. Su semilla es muy pequeña y liviana, en un kilo entran unas 100.000 de ellas.
Una excelente remolacha azucarera debe presentar las siguientes características: Que su raíz pivotante, del tipo fusiforme, no salga fuera de la tierra o salga lo menos posible para evitar la incidencia secante de los rayos solares, su coloración deberá ser blanca o rosada. La piel al contrario que en la remolacha forrajera que es completamente lisa, deberá ser rugosa, con círculos contorneados en espiral que partiendo del cuello lleguen hasta el vértice de la raíz (estos círculos son muy marcados en las variedades más ricas en azúcar); la parte carnosa deberá ser de un color blanco mate con su eje fibroso, duro y bien diferenciado y las hojas grandes, ovales, con bordes festoneados y de un color verde claro con nervaduras encarnadas.
Tanto el suelo como el clima juegan papeles preponderantes a los fines del rendimiento cuantitativo y cualitativo de la remolacha azucarera. El terreno debe ser accesible al aire y la luz, poco tenaz, presentando una capa arable de considerable espesor donde las raíces penetren con facilidad, con un subsuelo permeable. En cuanto a los factores climáticos precisa: Durante la siembra y plantación temperatura moderada y ambiente húmedo, durante el desarrollo propiamente dicho temperatura cálida y ambiente húmedo y durante la maduración temperatura cálida y ambiente seco.
Las remolachas azucareras se conservan, al igual que las forrajeras y las patatas, en sótanos y silos, pero a medida que pasa el tiempo disminuye su cantidad de azúcar por lo que para fabricar azúcar y alcohol conviene tenerlas ensiladas el menor tiempo posible. Es una planta que lleva al agotamiento del suelo porque absorbe sustancias nutritivas que no son de reposición rápida, por lo que se recomienda alternar su cultivo en distintas parcelas, no repitiendo sino al cabo de seis o siete años

Nabos

El nabo es una hortaliza que se adapta muy bien a los climas fríos. Pertenece a la familia de las Crucíferas, que engloba 380 géneros y unas 3.000 especies propias de regiones templadas o frías del hemisferio norte. La importancia de esta familia de hortalizas, a la que también pertenecen las coles y los berros, reside en que contienen unos compuestos de azufre considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades. 
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ORIGEN Y VARIEDADES 

Se cree que el nabo es oriundo de Europa, aunque también se ha propuesto como posible centro de origen Asia Central. Se cree que fue la base de la alimentación de las tribus primitivas que poblaron Europa. Hace casi cuatro milenios se cultivó por vez primera y, con posterioridad, fue muy apreciado por griegos y romanos. Ambas civilizaciones desarrollaron nuevas variedades a partir del nabo silvestre. Durante la Edad Media, el nabo constituyó uno de los alimentos de mayor relevancia. Se consumió casi a diario en Alemania hasta que se vio desplazado por la patata cuando, en el siglo XVIII, ésta llegó a Europa procedente de América. A partir de la Revolución Francesa se cultivaron más patatas y menos nabos en Europa hasta llegar a convertirse en un alimento casi olvidado. Aunque en la actualidad el nabo no es muy apreciado, su cultivo se ha extendido a todo el mundo, sobre todo como alimento para el ganado. Se cultiva en especial en Alemania, en la costa mediterránea del sur de Europa y, en menor proporción, en el sur de Estados Unidos. No obstante, tanto la raíz como las hojas del nabo están volviendo a cobrar protagonismo en nuestros días tras conocerse mejor su composición y propiedades. 

Las variedades más destacables de nabos son: 

Nabito de Teltow: es una de las más apreciadas, de tamaño pequeño y color blanco cremoso. 

Nabo de mayo: tal y como su nombre indica, está disponible en el mercado de mayo a junio. Es de color blanco y tiene forma esférica. 

Nabo de otoño: variedad que se siembra en verano y se recolecta en otoño. Es de piel roja o verde y carne blanca. Su tamaño es mayor que el del nabo de mayo y su sabor es más fuerte. 

Nabos Stanis: presenta cuello de color púrpura, hojas medianas y buena textura. 

Nabos Virtudes-Martillo: estas variedades son de color blanco y forma alargada con un estrechamiento en la zona central. Su carne es blanca, muy tierna y dulce. 

Nabo Bola de nieve: tiene una forma redonda y es de pequeño tamaño (ocho centímetros de diámetro), con la piel lisa de color muy blanco, tierna y de delicado sabor. 

Nabo japonés o kabu: su sabor es más intenso que otros nabos y sólo puede encontrarse en tiendas especializadas. 

SU MEJOR ÉPOCA 

Debido a las variedades existentes hoy día de nabos se pueden comprar en cualquier época del año, pero es en otoño cuando cobran mayor presencia en nuestros mercados.

CARACTERÍSTICAS 

Forma Forma: puede presentar forma redondeada, aplanada o cilíndrica. 

Tamaño y peso Tamaño y peso: el tamaño del nabo depende de la variedad, entre 12 y 15 centímetros de longitud. Su peso medio es de unos 100-200 gramos. 

Color Color: su carne, de color blanco o amarillento, está cubierta por una piel fina de color amarillo o blanco que, en ocasiones, puede llegar a presentar una coloración roja verde o púrpura en el extremo superior. 

Sabor Sabor: su sabor es similar al del repollo, pero algo más dulce. 

CÓMO ELEGIRLO Y CONSERVARLO 

En el mercado deben elegirse nabos de tamaño pequeño o mediano, de piel lisa, redondeados, firmes y pesados con relación a su tamaño, de color blanco a violeta. Si se venden en manojos, los cuellos deberán tener una apariencia fresca de color verde. 

Por el contrario, se rechazarán los ejemplares de tamaño demasiado grande, con marcas en la piel o que presenten raíces fibrosas. Una vez en casa, conviene eliminar las hojas. Las raíces se conservan en bolsas de plástico perforadas en el frigorífico. En él se pueden mantener en buenas condiciones de una a tres semanas. 

Se aconseja no lavar los nabos hasta el momento de su consumo para evitar pérdidas nutritivas de vitaminas y minerales. También se pueden conservar congelados, siempre que se escalden con anterioridad en agua hirviendo durante un par de minutos. 

Composición por 100 gramos de porción comestible
Energía (Kcal)24,7
Agua (ml)90,5
Proteínas (g)0,8
Hidratos carbono (g)5
Fibra (g)2,8
Potasio (mg)240
Yodo (mcg)20
Fósforo (mg)34
Folatos (mcg)14
Vitamina C (mg)23
mcg = microgramos (millonésima parte de un gramo)
PROPIEDADES NUTRITIVAS 

El nabo es una hortaliza de escaso aporte calórico porque posee abundante cantidad de agua y un bajo contenido de hidratos de carbono y es buena fuente de fibra. 

Respecto al contenido vitamínico, aporta una apreciable cantidad de vitamina C y de folatos, y cantidades discretas de vitaminas del grupo B (B6, B3, B1 y B2). Carece de provitamina A y de vitamina E, abundantes en otras verduras y hortalizas. 

La vitamina C además de poseer una potente acción antioxidante, interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos. Asimismo favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. 

Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. 

En cuanto a su composición en minerales, el más abundante es el potasio, seguido del calcio, el fósforo y el yodo. El calcio de estas raíces no se asimila apenas en relación con los lácteos y otros alimentos ricos en dicho mineral. 

El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además de regular el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. 

El yodo es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, que regula el metabolismo. 

El fósforo juega un papel importante en la formación de huesos y dientes, al igual que el calcio, y participa en procesos de obtención de energía del organismo. 

Es importante tener en cuenta que las hojas del nabo o grelos son más nutritivas que el propio nabo. Los grelos aportan casi el doble de proteínas y de fibra que la raíz y mucho calcio. Lo más destacable de los grelos es su composición en vitaminas y minerales. Contiene cantidades varias veces superiores a las del nabo de provitamina A o beta-caroteno, vitamina C y folatos. 

El beta-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita y posee una acción antioxidante. La vitamina A es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Lobo-Blanco:08/06/2103.